No hay ningún impuesto directo que se aplique al e-commerce. Las transacciones desarrolladas por medios electrónicos están comprendidas dentro del ámbito de legislación vigente en materia de imposición indirecta. Por consiguiente, los impuestos para una compra online y una presencial son iguales. En la ventas sucede los mismo y se aplican el IVA, los ingresos brutos y el impuesto a las ganancias.
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